viernes, 26 de junio de 2015

La isla de Nabumbu

Imagen de InfoShutter.com

No tengo nada claro haber vuelto, aunque lo parezca xD

Quería subir este relato, y no tengo otro sitio donde hacerlo, así que he resucitado el blog. Ayer estuve en un evento llamado La isla de Nabumbu, donde te daban 45 minutos para escribir algo con unas premisas que te decían en el momento. Fue duro, llevaba muuuuuucho tiempo sin escribir y los que me conocéis ya sabéis lo que me cuesta hacer algo así de repente, tan rápido. No estoy contenta con el resultado, pero bueno, siempre podría haber sido peor.

Las normas eran: un personaje que fuese un estafador de buen corazón, otro que fuese una mujer con gran fuerza, un folio como máximo, que estuviese en segunda persona y que empezase o acabase con la frase "Sálvame; soy un náufrago". No conseguí encajar bien la frase, pero me consoló ver que el resto de participantes tampoco xD


¿Por qué me miras así? Pensaba que me conocías. Sabes perfectamente cómo soy, siempre lo has sabido, así que no sé qué coño estás mirando.

Llegaste cuando no te esperaba, toda susurros y sonrisas, arrollando mi mundo a tu paso, y me desarmaste por completo. Si fuese un tío romántico diría que mi vida comenzó cuando te vi por primera vez, pero ambos sabemos que no lo soy. Mi vida comenzó cuando comenzó, tú simplemente la hiciste más interesante. No, quizá interesante no... más intensa, eso es. Cada día contigo es una puñetera montaña rusa, un caos, pero me encanta. Y a ti también, sino no seguirías aquí; no eres del tipo de chica que aguantaría mis mierdas si no le gustaran.

Por eso no entiendo de qué te sorprendes. No es la primera vez que hago esto, ni será la última vez que lo haga, y tú me has visto hacerlo cientos de veces. Joder, me has ayudado a hacerlo cientos de veces. ¿Por qué esta vez iba a ser diferente? ¿Porque se trataba de tu familia? No es justo que tuvieses esa fe en mí. Sabes cómo soy. Veo la ocasión de conseguir dinero fácil, y no puedo evitarlo. 

Pero lo que más me jode de todo esto no es que estuvieses convencida de que esta vez no lo haría. Lo que más me jode es que yo mismo estaba convencido de no hacerlo... pero ya me conoces. Soy así. Pensé que quizá podía cambiar, que tú podrías cambiarme, pero ya ves cómo son las cosas, he desvalijado la cuenta de tu abuela y ni siquiera me arrepiento. Sólo siento que me estés mirando así. Siento que estés a punto de marcharte, y que lo único que pueda hacer sea suplicarte, aunque sé que no servirá de nada. De verdad quiero cambiar, aunque no lo demuestre, lo que pasa es que esto es más fuerte que yo. Necesito que me salves de mí mismo, sólo tú podrías hacerlo, con tus susurros y sonrisas. Sálvame, por favor. Sálvame; soy un náufrago.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bieeen.